En paradero desconocido

Nada como estar en paradero desconocido. Haber llegado hasta aquí no ha sido fácil, he tenido que quebrar demasiadas voluntades y, más que orgullo, siento apenas la sensación de no haber sabido explicarlo. Pero lo he conseguido y voy a ser cauto, intentaré no echarlo todo a perder por una imprudencia. Es fundamental no llamar demasiado la atención. Lo peor ya ha pasado, y estoy a salvo. Tengo que mentalizarme: me siento seguro, no volveré a sentirme perseguido, dejaré que el tiempo me convenza de que los errores fueron un aprendizaje, al menos he llegado aquí y nada malo tiene que ocurrirme. Nadie sabrá de mí más de lo justo. A partir de ahora tendré cuidado con lo que digo, inventaré una historia que resulte creíble, hablaré poco, seré un hombre que apenas se cruza por la calle, de muy pocas palabras, educado. Haré lo que haga falta. Tendré la entereza suficiente para no pretender más que satisfacer unos pocos caprichos, no es fácil dejarlo todo, eso es lo malo, no es fácil perder lo que se ha tenido, hay viejas huellas que nunca se borran, detalles a los que nadie está dispuesto a renunciar. De esta forma voy concibiendo el plan perfecto, al fin y al cabo, quién no sufre alguna vez un momento difícil, quién no tiene que luchar abriéndose camino en este entramado hostil que se derrumba, quién no se ve atrapado por los recuerdos. Después de todo, no puede haber remordimiento en el olvido, nadie sabrá nunca la verdad que se esconde en mi rostro inexpresivo, tendré que convencerme de que es mentira, sé muy bien que todo es una gran mentira, y que todos formamos parte de este engaño. Por eso debo ser consciente de que ya he logrado escapar, al fin estoy en paradero desconocido, tan solo queda un débil hilo de contacto con la realidad que dejo atrás y no es posible, no es nada probable que justamente ahora, cuando empiezo a pensar que ya voy a lograrlo, precisamente ahora que me iba a pedir otra cerveza, no es posible que esté sonando el teléfono, y que sea ella, y que encima me salga con que hoy me toca otra vez recoger a los niños.