Caída del índice de espiritualidad

Ciudadanos observando puesta de sol en un contexto de espiritualidad

Con un índice global de un 44.3%, la espiritualidad de los españoles vuelve a marcar el registro más bajo de su historia, según la última encuesta del CIS. El estudio, que se actualiza anualmente desde hace quince años, se fija en una serie de aspectos que son tradicionalmente considerados como marcadores espirituales. Entre estos factores destacan algunas variables como el desprecio por la posesión de buenos automóviles  y otros bienes materiales, la propensión a contemplar los atardeceres o la importancia de la belleza interior como factor decisivo a la hora de elegir pareja.

Según Leocadio Brines, profesor asociado de la Universidad Pontificia de El Ferrol, el descenso de la espiritualidad no es coherente dentro de una situación de crisis económica como la que vivimos, cuando los ciudadanos (y las ciudadanas) —matizó— suelen apreciar valores más sutiles y encuentran motivos ilusionantes que no se compran con dinero. Según Brines la causa fundamental de este descenso a contrapelo de la espiritualidad media de los ciudadanos no puede ser otra que la confusión provocada por los mensajes publicitarios y también, incluso en mayor medida, la estúpida banalización del ser humano que se expone públicamente en las redes sociales y también en la Internet.

Por comunidades, los castellano-manchegos, con un pírrico 37.4%, son los que arrojan un porcentaje de espiritualidad más bajo por habitante. En opinión de algunos expertos consultados, este resultado se debe fundamentalmente a los gazpachos y al pisto. En el polo opuesto, los canarios, con un índice del 57.6%, son de las pocas comunidades que aprueban en espiritualidad, aunque tampoco es un dato que deba mover en exceso al optimismo ya que a la hora de recabar los datos no se ha discriminado a la población extranjera residente en las islas que, como es sabido, muestra un grado de espiritualidad muy superior al de los isleños nativos. No es de extrañar que la segunda comunidad con mayor índice de espiritualidad sea Baleares (55.3%) y los expertos coinciden en que las puestas de sol ibicencas no son ajenas a estos resultados.

El presidente de la Charla Episcopal, M.R.V., por su parte, ha criticado que se escojan estos días de conmemoración y recogimiento para hacer públicos los datos del CIS, cuando en numerosas ciudades de nuestra geografía precisamente en estas fechas se ora y se procesiona. En cuanto a las consecuencias que pueda tener el estudio con respecto a las organizaciones que monopolizan el derecho a la propiedad intelectual, fuentes de la SGAE afirman sin ambages que la falta de espiritualidad es terreno abonado para el crecimiento de la piratería y así nos va.

La medición del índice de espiritualidad viene realizándose a partir de la Escala de Perspectiva Espiritual (SPS), establecida a finales de los ochenta por la enfermera Pamela G. Reed, que hace referencia a un conocimiento de uno mismo así como a un sentido de conexión con un ser de naturaleza superior o con la existencia de una entidad suprema. Esta escala ha sido modificada y adaptada a la actual atmósfera vital de nuestro entorno inmediato por los técnicos del CIS, introduciendo variables como la asimilación del ser supremo a cualquier otro ser, aun de carne y hueso, que encienda la espiritualidad de sus semejantes. A pesar de estos cambios —afirman desde el CIS—, los índices no suben.

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